Qué días tan, tan, pero tan locos…
He estado desaparecida, pero realmente es porque decidí que quería poner en orden muchas cosas de mi vida en general.
Me encuentro en ese momento en el que la vida parece probarte para ver si de verdad eres la persona indicada para el reto que te ha colocado.
Una vez leí en un libro que el mundo está lleno de ideas que flotan en el aire y que, ocasionalmente, te visitan para ver si eres la persona indicada para llevarlas a la práctica. Y creo que este es el momento en el que mi idea me dice: “Bueno, veamos de qué estás hecha”.
Estoy supremamente feliz porque veo cómo, poco a poco, todo va tomando orden y los astros se están alineando nuevamente.
Y sí, este también es el momento en el que me da miedo que todo se vuelva a desordenar.
Te cuento que estos días he puesto más que nunca en práctica mi mantra, una frase que me repito a mí misma cuando aparecen situaciones en el camino que te hacen dudar.
Ese mantra es:
Lo bueno es que…
Y parece sencillo, pero para mí es poderosísimo, porque rompe con ese patrón de solo ver el problema como un obstáculo y me ayuda a percibir la vida como una oportunidad.
“Lo bueno es que…” me ha ayudado a que los días se vean más lindos, el café no sepa tan amargo y la lluvia se sienta como un buen clima.
Estos días hasta las tareas de la U se han convertido en pequeños recordatorios de ese mantra. En una práctica de color e impresión, decidí usarlo como ejemplo... Me hace sentir muy orgullosa el desarrollo de mi trabajo y el archivo final.
No es porque lo haya hecho yo, pero me quedó muy guapo.
Espero que tú también tengas un mantra que te ayude a sobrellevar los días no tan buenos.
El mío ahora cuelga en la pared de mi casa, recordándome que en la vida todo puede tener un bello color.
No quise quitarle las marcas de impresión, porque ver ese “borrador” que solemos eliminar al terminar el póster me da un fresquito... no sé cómo explicarlo; me hace sentir que en la vida todas las fotos tienen un “fuera de foco” y que las cosas que se ven perfectas tienen mucho trabajo por detrás.
Te deseo un rico octubre.
Un abrazo,
Adri

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