Mi plan para que mi proyecto no muera antes de florecer

Hoy tengo 30 años, en unas semanas tendré 31.
¿Y sabes qué me pregunto con más frecuencia últimamente?
¿Cómo espero que sea mi vida a los 32?

Esa es la pregunta que me hago, porque muchas veces lo olvido. Olvido el porqué, olvido el foco por el que inicié esto.

Y es curioso, porque me hice un calendario de contenido con los temas que quiero abordar cada semana, y cuando vi que esta semana hablaría de “cómo hago para no dejar morir mi proyecto”, me di cuenta de que lo estaba dejando morir.

Hoy no vengo a enseñarte nada. Es más, vengo a contarte cómo yo misma lucho precisamente contra ese impulso que quizás tú también estés sintiendo.

Mi sueño no es una fuente de ingresos

Y es que mi emprendimiento, aunque sea el sueño de mi vida, mi pasión, lo que me llena, lo que de verdad quiero hacer… en este momento no representa una fuente de ingresos.
Es una fuente de energía, de conexión conmigo misma, pero no de dinero.
Y a Afinia (la empresa promotora de energía eléctrica de mi ciudad) no le puedo decir: “No me corten la luz, que estoy llena de energía” jajaja.

No quiero que se malinterprete: soy feliz con el trabajo que tengo. Es más, me siento muy afortunada, ya que es un trabajo en el que no solo he podido laborar desde casa (y precisamente por eso pude empezar mi emprendimiento y seguir mis sueños), sino que además la empresa y mis compañeros son personas maravillosas.

Me gustaría vivir del diseño, pero no es así.
Sin embargo, no por eso debo renunciar. No por eso debo dejar todo tirado.

Formulemos bien los horarios

El día tiene 24 horas. Si restamos 8 para dormir, quedan 16. 

Sigamos restando: digamos que de esas 16 nos quedan 13, ya que 3 las usamos para comer.
Estos cálculos son muy alegres, pero te dan una idea: tienes más o menos 5 horas 100% libres.

Lo sé: haces otras cosas. No solo comes, duermes y trabajas. ¡Para allá vamos!

A ver te cuento cómo uso mi tiempo

Para no dejar morir mi proyecto, he determinado que tengo 2 horas diarias para dedicarle a él. Tengo 1 hora diaria para dedicarme a mí, y las otras 2 para tiempo en familia y quehaceres.

Entonces, tenemos 2 horas de enfoque 100% en accionar. Ese accionar puede ser:

·        Aprender algo nuevo sobre tu proyecto

·        Escribir el blog de la semana

·        Hacer una publicación en redes

·        Llamar a un cliente

·        Crear tu brochure

·        Trabajar en una marca
Uff… hay un montón de cosas que podemos hacer.

Por otro lado, tenemos 2 horas en las que hacemos las tareas del hogar, y otras 8 que trabajamos 

(no las mencioné puntualmente, pero creo que está implícito: somos señoras trabajadoras y ocupadas jaja)

¿Qué hacemos con esas horas?

Estoy segura de que actualmente, mientras cocinas, barres o lavas la ropa, te pones de fondo algo...

Por favor, deja de ponerte la novela. Ya sé que el drama de la prima que le quitó el novio a la otra, que luego se volvió rica porque el galán millonario se enamoró de ella… y un largo etcétera.

Está interesante, porque a todo el mundo le gusta el chisme y un poco de drama. Pero… ¿qué tanto te está aportando? ¿Realmente te suma agregarle más drama a tu vida?

Te cuento lo que yo hago:

Mientras hago los quehaceres, me pongo un podcast de diseño, un video explicativo, o un audio de crecimiento personal. Porque creo fervientemente que la información que dejamos entrar a nuestra mente hoy, moldea en lo que nos convertiremos el año que viene.

No puedes esperar tener resultados diferentes si siempre haces lo mismo.

Y mientras trabajo, como busco que sea más tranqui, me pongo un audiolibro. Ya me he escuchado Cómo ganar amigos e influir sobre las personas, de Dale Carnegie, y Piensa diferente, vive diferente, de Wayne Dyer.

Eso hago: aprovecho cada minuto de mi vida, porque lo que estoy haciendo hoy es lo que va a cambiar mi vida en el futuro. Es lo que hará de mí una nueva versión.

Porque el 29 de julio de 2026 quiero verme y decir: “Sí. He crecido. He mejorado.”

Crezco de adentro hacia afuera

Y tú me dirás:
“Adri, pero si quieres aprovechar al máximo cada hora, ¿por qué tienes 1 hora solo para ti? ¿No es mucho tiempo? ¿No podrías usarlo para hacer crecer tu proyecto?”

Eso hago, amiga mía.

Durante esa hora: medito, hago un poco de ejercicio, estiro mi cuerpo, journaling, me conecto conmigo misma.

Y te echo un chisme: si yo no estoy bien, no hay emprendimiento.

Para que mi proyecto no muera, yo debo estar fuerte, capaz y con energía. Esa conexión conmigo misma me permite avanzar con confianza, educar mi mente y sentirme mucho mejor.

Este tema da para un buen rato de charlita juntas, porque aún no te he contado cómo he organizado mi rutina, cómo separo los tiempos, cómo coordino mis roles… pero lo dejo por aquí.

De verdad espero que esta info te haya servido un montón, y que te haya ayudado a poner un poco más de orden en tu vida.

¿Y tú? ¿Qué estás haciendo hoy para que tu “yo” del futuro se sienta orgullosa? Te leo en los comentarios.
O si esto te resonó, compártelo con una amiga que también lo necesite.

Un abrazo,
Adrii